Amán es la capital de Jordania y cuenta con más de cuatro millones de habitantes. Esta ciudad de piedra blanca se ubica en una colina empinada y combina barrios modernos con antiguos zocos. Es una ciudad de contrastes, con cafés sofisticados, centros comerciales relucientes, callejones estrechos y sinuosos y un ambiente agradable.
Ofrece una combinación de patrimonio histórico extremadamente sugerente, que incluye ruinas antiguas romanas y orientales, ciudadelas, lugares sagrados, museos y enclaves comerciales.
Amán es, sin lugar a dudas, la puerta de entrada a Jordania y una visita imprescindible en este país singular, acogedor y exótico de Oriente Medio. Además, sus noches son largas y enormemente divertidas.
El Teatro Romano, Nymphaeum y el Templo de Hércules son ejemplos sobresalientes de las construcciones de la época romana que es posible admirar en Amán.
La Galería Nacional de Bellas Artes de Jordania y el Museo de Jordania incluyen algunas de las mejores colecciones de arte asentadas en Oriente Medio.
La comida jordana se asemeja a la de sus vecinos egipcios, libaneses y turcos. El plato más típico es el mansaf, que se prepara con cordero, arroz y un yogur seco. El chawarma es el sándwich nacional y está riquísimo.
Las llamadas al muecín resuena en toda la ciudad y se convierten en una banda sonora espectacular y memorable. En lugares como la Ciudadela los percibirás en un entorno único, en compañía de puestas de sol espectaculares.
Amán disfruta de una animada vida nocturna, quizás solo superada en Oriente Medio por Tel Aviv y Beirut. Modern West Amman es el lugar ideal para ir a clubs, bares y cafeterías. ¡Pásatelo en grande y conoce a gente extraordinaria!
La Ciudadela de Amán se encuentra en lo alto de la colina más alta de la ciudad, Jebel al-Qala'a, que se eleva unos 850 metros sobre el nivel del mar. Es el emplazamiento del antiguo asentamiento de Rabbath-Ammon. Ha sido ocupado desde la Edad de Bronce y ha observado la presencia de los romanos y del imperio bizantino, entre otros, durante su larga historia. De hecho, se cree que es uno de los sitios más antiguos que se ha mantenido permanentemente establecido en el mundo. La zona es rica en ruinas arqueológicas y alberga el Palacio Ummayad. Datado en el año 720 d. C., fue brevemente el hogar de los gobernantes de Amán, pero terminó destruido por un terremoto en el año 749. El área también alberga las ruinas del Templo de Hércules y el Museo Arqueológico Nacional.
El anfiteatro romano, bellamente restaurado, es el recordatorio más impresionante de la ciudad romana de Filadelfia, que una vez ocupó este enclave. El anfiteatro tiene 6000 asientos y sigue acogiendo conciertos actualmente. Está cortado sobre una ladera adyacente y data del siglo II d. C. También ofrece algunas de las mejores vistas de la ciudad, muy especialmente a primera hora de la mañana. Comprueba si hay algún espectáculo programado durante tu visita: se convertirá en una experiencia inolvidable.
El Templo de Hércules data de alrededor del 160 d. C., durante el reinado del emperador romano Marco Aurelio. Hoy solo quedan dos enormes pilares de piedra, que fueron reconstruidos en 1993, coronados por una parte del podio. También hay una gran mano de mármol, que se cree que formaba parte de una estatua de Hércules que fue destruida. El templo se puede ver desde toda la ciudad y es particularmente embriagador si lo visitas al atardecer. Es un buen momento para tomar una fotografía o, simplemente, admirar las vistas mientras resuenan los ecos de la ciudad y sus llamadas a la oración.
El Museo Arqueológico de Jordania, que se encuentra en la Ciudadela de Amán, contiene interesantes exhibiciones desde la prehistoria hasta el siglo XV. Las exposiciones están organizadas cronológicamente, lo que facilita la comprensión de la historia presentada. Las colecciones incluyen objetos domésticos de uso cotidiano, como cerámica, joyas y monedas. Una visita al museo es una excelente manera de aprender sobre las fabulosas ruinas que te rodean en la Ciudadela.
El Museo del Automóvil Real, en el Parque Rey Hussein, es una atracción bastante singular de Amán. Alberga la colección de vehículos privados del difunto Rey Hussein y conmemora su amor por los automóviles. La colección incluye coches y motocicletas que datan de los autos más antiguos de 1886 hasta la década de 1940. Hay algunos autos raros e inusuales y la colección constituye un verdadero placer para los amantes de los automóviles y para aquellos que quieren echar un vistazo a cómo vivió y viajó la familia real. Las exhibiciones están acompañadas de una gran cantidad de información fascinante, incluidas las historias de cada uno de los vehículos.
La Ciudadela de Amán se encuentra en lo alto de la colina más alta de la ciudad, Jebel al-Qala'a, que se eleva unos 850 metros sobre el nivel del mar. Es el emplazamiento del antiguo asentamiento de Rabbath-Ammon. Ha sido ocupado desde la Edad de Bronce y ha observado la presencia de los romanos y del imperio bizantino, entre otros, durante su larga historia. De hecho, se cree que es uno de los sitios más antiguos que se ha mantenido permanentemente establecido en el mundo. La zona es rica en ruinas arqueológicas y alberga el Palacio Ummayad. Datado en el año 720 d. C., fue brevemente el hogar de los gobernantes de Amán, pero terminó destruido por un terremoto en el año 749. El área también alberga las ruinas del Templo de Hércules y el Museo Arqueológico Nacional.
El anfiteatro romano, bellamente restaurado, es el recordatorio más impresionante de la ciudad romana de Filadelfia, que una vez ocupó este enclave. El anfiteatro tiene 6000 asientos y sigue acogiendo conciertos actualmente. Está cortado sobre una ladera adyacente y data del siglo II d. C. También ofrece algunas de las mejores vistas de la ciudad, muy especialmente a primera hora de la mañana. Comprueba si hay algún espectáculo programado durante tu visita: se convertirá en una experiencia inolvidable.
El Templo de Hércules data de alrededor del 160 d. C., durante el reinado del emperador romano Marco Aurelio. Hoy solo quedan dos enormes pilares de piedra, que fueron reconstruidos en 1993, coronados por una parte del podio. También hay una gran mano de mármol, que se cree que formaba parte de una estatua de Hércules que fue destruida. El templo se puede ver desde toda la ciudad y es particularmente embriagador si lo visitas al atardecer. Es un buen momento para tomar una fotografía o, simplemente, admirar las vistas mientras resuenan los ecos de la ciudad y sus llamadas a la oración.
El Museo Arqueológico de Jordania, que se encuentra en la Ciudadela de Amán, contiene interesantes exhibiciones desde la prehistoria hasta el siglo XV. Las exposiciones están organizadas cronológicamente, lo que facilita la comprensión de la historia presentada. Las colecciones incluyen objetos domésticos de uso cotidiano, como cerámica, joyas y monedas. Una visita al museo es una excelente manera de aprender sobre las fabulosas ruinas que te rodean en la Ciudadela.
El Museo del Automóvil Real, en el Parque Rey Hussein, es una atracción bastante singular de Amán. Alberga la colección de vehículos privados del difunto Rey Hussein y conmemora su amor por los automóviles. La colección incluye coches y motocicletas que datan de los autos más antiguos de 1886 hasta la década de 1940. Hay algunos autos raros e inusuales y la colección constituye un verdadero placer para los amantes de los automóviles y para aquellos que quieren echar un vistazo a cómo vivió y viajó la familia real. Las exhibiciones están acompañadas de una gran cantidad de información fascinante, incluidas las historias de cada uno de los vehículos.
Hashem, en el centro de la ciudad, es uno de los restaurantes favoritos de la familia real jordana y ofrece platos de falafel, fuul y humus por JOD 1,50. Levant en Jabal Amman sirve platos árabes gourmet desde JOD 10.
Amán es caliente en verano y frío en invierno. De marzo a mayo resulta cálido y se beneficia de una exuberante vegetación y flores silvestres en flor, por lo que suele ser un buen momento para visitarlo.
La ciudad es servida por el aeropuerto internacional Queen Alia (AMM), que proporciona muchas conexiones internacionales y regionales. Un taxi al centro de la ciudad costará alrededor de JOD 20, mientras que el autobús sale por JOD 3,25.
Jordania es un país compacto con una buena red de carreteras. La ruta 65 permite circular de norte a sur a través de Amán, mientras que las rutas 10 y 30 conectan esta capital con el este y el oeste. Las señales de tráfico se presentan tanto en escritura árabe como romana.
Las dos principales estaciones de autobuses de Amman son Tabarbour y JETT. Los autobuses de la frontera israelí llegan aquí, tras hacer un recorrido de una hora y con un precio de JOD 7,5. Coger un autobús desde Petra cuesta JOD 9,5.
1. Al Balad, el casco antiguo de Amán, es un laberinto de calles estrechas y mercados en los que se venden especias y ropa. También es la sede del Teatro Romano y la Ciudadela.
2. El distrito de Abdali se ha convertido en un moderno centro de restaurantes, hoteles, oficinas y tiendas.
3. Sweifieh se estructura alrededor de la calle peatonal Wakalat, plagada de tiendas como Gap y Zara. La calle adoquinada de Shari Al-Rainbow también está cerca, con muchos cafés y tiendas de té Sheesha.
Amán posee una red de autobuses buena y segura, con una tarifa única que cuesta JOD 0,35. es una excelente fórmula para desplazarte por la ciudad de manera cómoda y tranquila.
Los taxis, amarillos, son abundantes, baratos y absolutamente fiables. La bajada de bandera se establece en JOD 0,25 y, seguidamente, pagarás JOD 0,6 por cada 1,6 kilómetros.
Conducir en Amán puede resultar bastante frenético. Multitud de bocinas de coches suenan a la vez y escasean las marcas en los carriles. El alquiler de vehículos está disponible en compañías como Budget y Sixt: sus precios comienzan en JOD 20 diarios.
El bulevar Abdali es una calle moderna con muchas tiendas de moda, que no debes dejar de visitar. Además, la calle Wakalat es una zona comercial peatonal con tiendas de marcas internacionales y ambiente cuidado.
Un litro de leche cuesta en Amán JOD 1,20 y una barra de pan sale por JOD 0,26. Una cerveza en un bar te costará JOD 3 y una copa en un local de marcha nocturna JOD 15. Por último, si te apetece tomarte un refresco de una máquina expendedora, te saldrá por JOD 0,25.