Yogyakarta es uno de los destinos que deben figurar en la agenda de todo viajero inquieto. Si decides viajar a Indonesia y la isla de Java, ten presente que este antiguo sultanato atesora atractivos asombrosos.
La vida de la ciudad fluye entre el colorido de las telas batik, la música de los gamelán, los antiguos templos y la animación de los mercados. Yogyakarta te sorprenderá con su mezcla budista e hinduísta del pasado, y la riqueza de su cultura islámica, que le otorgan un temperamento único.
Disfruta de Yogyakarta paseando en becak, andando o moviéndote como tú prefieras, para descubrir maravillas como el Palacio Taman Sari y sus piscinas. Luego descansa mientras saboreas el delicioso pollo satay en restaurantes como Sate Ratu y SateBar, entre muchos otros.
El complejo palaciego El Kraton se encuentra en el centro de Yogyakarta, y alberga la residencia del sultán. Es posible visitarlo y admirar algunos salones, además de la representación de danzas típicas. En este lugar se puede visitar también el Palacio de Agua o Taman Sari, una bella zona ajardinada con numerosas fuentes y piscinas, tradicionales en la arquitectura árabe.
Llamada también Sumur Gumuling y aledaña al Palacio del Agua, esta mezquita es muy particular, ya que es un espacio subterráneo. Posee varios niveles o escalones que encierran un gran simbolismo religioso, relativo al infierno y el cielo, y los cinco pilares o preceptos del islam.
Majestuoso y antiguo, este es el templo budista más grande del mundo, además de ser el más importante de Yogyakarta y el más visitado de Indonesia. De forma piramidal, como un gran mandala, el templo de Borobudur atestigua la relevancia que tuvo el budismo en la isla de Java antes de la llegada del islam.
Este complejo consta de 240 templos, que conforman el parque arqueológico de Prambanan. Se construyeron durante el siglo VIII y, gracias a su valor histórico y religioso, la Unesco lo ha declarado Patrimonio de la Humanidad. Los templos dedicados a los dioses hindúes Shiva, Vishnu y Brahma son los principales.
El Museo Affandi te muestra la casa donde el ilustre artista indonesio de mismo nombre creó sus obras. Alberga varias galerías donde lucen algunas de sus pinturas más destacadas. El estilo de las pinturas de Affandi varía entre el impresionismo y el expresionismo puro, y cabe destacar que también diseñó la arquitectura y la decoración del lugar.
Se trata de la calle comercial más animada de la ciudad. Malioboro se presenta flanqueada por gran cantidad de pequeños comercios, centros comerciales y puestos callejeros de comida. La mejor idea es visitar esta arteria a última hora de la tarde, ya que se anima muchísimo.
Esta plaza, llamada también Alun Alun Kidul, adquiere un ambiente mágico al caer el sol. Es famosa por ser punto de encuentro de los carritos a pedal iluminados, destinados a pasear por el lugar. Anímate a disfrutar de un paseo en estos carritos iluminados con luces LED de colores. Dos vueltas tienen un precio de Rp 50.
La técnica distintiva de impresión de telas de Indonesia, el batik, es un arte que en Yogyakarta se practica con maestría. Durante tu estancia en esta localidad podrás inscribirte en algún pequeño curso en talleres como Winotosastro. Seguramente te llevarás una camiseta exclusiva, decorada por ti.
El mercado tradicional más grande de Yogyakarta, denominado Pasar Beringharjo, ofrece artesanías tradicionales que podrás llevarte como souvenirs. Además, es posible comprar productos frescos locales y artículos del hogar, y tendrás la oportunidad de probar platos tradicionales de la manera más auténtica. Asegúrate de regatear cada vez que compres cualquier artículo.
A unas dos horas en coche de Yogyakarta se extiende un paraíso natural excepcional, el parque nacional de Kalibiru. El área permite realizar diversas actividades al aire libre, y también contemplar unas vistas impresionantes de todo el parque. Hay senderos de trekking, sectores para practicar escalada en roca, puentes colgantes y lugares para dejarse fascinar con la belleza de las impresionantes puestas de sol tropicales; las posibilidades son infinitas. La tirolina del zorro volador te permite realizar un recorrido de vértigo por todo el parque, para terminar en una plataforma en lo alto de un árbol, con vistas al lago Sermo.
Se trata de la calle comercial más animada de la ciudad. Malioboro se presenta flanqueada por gran cantidad de pequeños comercios, centros comerciales y puestos callejeros de comida. La mejor idea es visitar esta arteria a última hora de la tarde, ya que se anima muchísimo.
Esta plaza, llamada también Alun Alun Kidul, adquiere un ambiente mágico al caer el sol. Es famosa por ser punto de encuentro de los carritos a pedal iluminados, destinados a pasear por el lugar. Anímate a disfrutar de un paseo en estos carritos iluminados con luces LED de colores. Dos vueltas tienen un precio de Rp 50.
La técnica distintiva de impresión de telas de Indonesia, el batik, es un arte que en Yogyakarta se practica con maestría. Durante tu estancia en esta localidad podrás inscribirte en algún pequeño curso en talleres como Winotosastro. Seguramente te llevarás una camiseta exclusiva, decorada por ti.
El mercado tradicional más grande de Yogyakarta, denominado Pasar Beringharjo, ofrece artesanías tradicionales que podrás llevarte como souvenirs. Además, es posible comprar productos frescos locales y artículos del hogar, y tendrás la oportunidad de probar platos tradicionales de la manera más auténtica. Asegúrate de regatear cada vez que compres cualquier artículo.
A unas dos horas en coche de Yogyakarta se extiende un paraíso natural excepcional, el parque nacional de Kalibiru. El área permite realizar diversas actividades al aire libre, y también contemplar unas vistas impresionantes de todo el parque. Hay senderos de trekking, sectores para practicar escalada en roca, puentes colgantes y lugares para dejarse fascinar con la belleza de las impresionantes puestas de sol tropicales; las posibilidades son infinitas. La tirolina del zorro volador te permite realizar un recorrido de vértigo por todo el parque, para terminar en una plataforma en lo alto de un árbol, con vistas al lago Sermo.
Durante tu estancia en esta ciudad recuerda probar el curry de Gudeg Permata o Gudeg Yu Narni Tugu. Si prefieres una experiencia gourmet, acércate hasta Gadjah Wong, donde podrás cenar con música de gamelán de fondo. También deberías pedir las costillas de Java en Iga Sapi Bali. Los precios varían, pero una buena comida en un lugar económico puede costar unas Rp 15 650, y una cena para dos personas en un restaurante más elegante puede alcanzar las Rp 74 000.
La mejor época para visitar Yogyakarta se extiende entre abril y octubre, ya que este período del año es el más seco en la región.
Si planeas tu viaje para finales del verano, tu estancia podrá coincidir con la celebración del Festival de las Artes de Yogyakarta. En este evento, donde se reúnen espectáculos de música y danza, desfiles, exposiciones de arte y otras muestras culturales, comienza alrededor del 20 de agosto y finaliza a principios de septiembre de cada año.
El aeropuerto internacional de Adisucipto (JOG) ofrece excelentes conexiones regionales y se localiza unos 6 kilómetros al este de la ciudad. Puedes acercarte en tren, que te llevará desde la estación del aeropuerto Stasiun Maguwo hasta Yogyakarta Lempuyangan Station en diez minutos, por Rp 8000. Otra opción es tomar el autobús de Trans Jogja, cuyo viaje dura una hora y su billete cuesta Rp 3500. Si prefieres ir en taxi hasta tu hotel, ten en cuenta que te costará unas Rp 52 600.
Todos los días salen trenes desde Yakarta hasta la estación Tugu de Yogyakarta. El viaje dura entre 7 horas y 30 minutos y poco más de 8 horas, y su precio oscila entre las Rp 290 000 y las Rp 430 000.
Si viajas desde Yakarta en coche, deberás acceder a la autopista 1, para luego seguir por la autopista 4 hacia Bandung. Finalmente, tendrás que enlazar con la autopista 3 para dirigirte directamente hacia Yogyakarta.
Los autobuses de Joglosemar operan entre Yogyakarta y Semarang, mientras que Sumber Alam, Pahala Kencana, Kramat Djati y muchas otras compañías operan rutas de autobuses desde Yakarta. El precio del billete desde Yakarta a Yogyakarta es de unas Rp 175 400, y el viaje dura entre 13 y más de 16 horas.
1. Kraton. Este es el distrito central de Yogyakarta, donde se ubica la residencia del sultán. Entre sus atracciones se cuenta un sinfín de talleres de artesanos de plata y batik.
2. Kota Gede. Famoso por su talleres de orfebrería en plata, el barrio de Kota Gede alberga los fascinantes restos del palacio real del siglo XVI de la ciudad. Está repleta de casas joglo tradicionales.
3. Sosrowijayan. Muy popular entre los viajeros, Sosrowijayan es un distrito conocido por sus talleres de batik y por su agradable y relajada vida callejera.
Los autobuses Trans Jogja recorren todo Yogyakarta y están equipados con aire acondicionado. Los billetes se compran en las paradas de autobús y cuestan unas Rp 3600 por cada viaje simple.
Las tarifas de los taxis constan de una bajada de bandera de Rp 7155 y unas Rp 4900 por cada kilómetro recorrido. Puedes optar por realizar trayectos cortos en becak, transporte que encontrarás por toda la ciudad.
Entre las compañías de alquiler de vehículos en Yogyakarta se cuentan Jogja Rent Car y Avis. Por unas Rs 900 000 al día puedes alquilar un turismo estándar.
Los mercados de Yogyakarta son el lugar para comprar telas de batik y joyas. También puedes encontrar muchas tiendas que ofrecen estos artículos en la calle Malioboro. Si prefieres comprar en tiendas de estilo occidental, acércate hasta la Galeria Mall, y cuando quieras hacerte con artesanías y otros souvenirs podrás ir a la Sapto Hoedojo Art Gallery.
En Yogyakarta hay supermercados como Giant Express y Hero. A modo orientativo, considera que un litro de leche cuesta Rp 16 250, y una docena de huevos Rp 15 650.