Esta ciudad ha vivido mucho. Dominada por potencias extranjeras, diezmada por la Segunda Guerra Mundial, remodelada bajo el comunismo y renacida como una de las potencias de la Europa oriental moderna, ha visto de todo.
Por ello, los turistas nunca se aburren. Puedes recorrer el sitio del infame Gueto de Varsovia, rastrear las fortunas del levantamiento y visitar el Museo del Comunismo para conocer la vida cotidiana de la posguerra.
Pero Varsovia también tiene un lado más ligero, como comer en algunos de los restaurantes gourmet más baratos de Europa o disfrutar de una cerveza estival junto al río Vístula. Varsovia es una ciudad emergente, acogedora y adorable.
El símbolo de Varsovia es una sirenita muy distinta a la de Copenhague, pues tiene escudo, arma y está en pose de combate. Aunque la encontrarás por todas partes, la estatua famosa se halla en una plaza de la Ciudad Vieja.
La ciudad natal de Frédéric Chopin se ha convertido en un centro de música clásica, donde la Filarmónica de Varsovia y la Ópera Nacional de Polonia son motivo de orgullo. Otros eventos musicales son sus Días de Verano de Jazz, el Festival de Música Judía y actuaciones de rock en vivo en lugares como Stodola.
Comer y beber bien en Varsovia resulta asequible. Todos los fines de semana veraniegos encontrarás a miles de personas relajándose en las tabernas al aire libre junto al río Vístula. Restaurantes como Dom Polski sirven excelentes pierogi y borscht todas las noches del año.
Las atracciones históricas de Varsovia van más allá de la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, el Palacio Barroco Ostrogski, reconvertido en museo, y el Museo Nacional, que expone la historia del país. También el Palacio de Wilanów, del siglo XVII, es un magnífico referente.
Esta ciudad se reinventa como un centro artístico dinámico gracias a las excelentes colecciones del Centro de Arte Contemporáneo y el Museo de Arte Moderno de Varsovia. Además, se ha producido una llamativa explosión de galerías pequeñas, entre ellas Program y aTak.
El rincón más antiguo de Varsovia es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Pequeño, pero repleto de atracciones históricas, fue trágicamente destruido durante la Segunda Guerra Mundial, y minuciosamente reconstruido a partir de los dibujos y las piezas de escombros recuperados. Visita el Castillo Real, la plaza del Mercado y el Museo de Varsovia, donde aprenderás sobre su pasado.
Este llamativo rascacielos fue regalado por la Unión Soviética en 1955 y sigue siendo el más alto de Polonia. Aunque su dedicación a Stalin ha sido revocada, la influencia soviética permanece en la arquitectura, desde la base hasta la punta de la aguja. Hoy es un espacio dedicado al ocio y las artes. Cines, museos, librerías, piscinas, auditorios y una plataforma de observación épica con vistas panorámicas son sus atractivos.
En 1944 Varsovia se levanto contra la ocupación alemana, la mayor insurgencia organizada en toda Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque el intento fue inútil, los esfuerzos resultaron admirables. Los hechos se conmemoran en el Museo de la Sublevación de Varsovia, mediante la exposición de cientos de objetos personales y militares. Encontrarás un B-24 Liberator y además podrás subir a la plataforma de observación del edificio para ver la ciudad reconstruida.
Este espectacular parque situado en el corazón de Varsovia está lleno de tesoros culturales. El agua resplandece mientras fluye entre los jardines barrocos que conducen al espléndido Palacio Łazienki, una obra maestra del siglo XVII plagada de pintura holandesa y murales ornamentados. Sus parques exteriores incluyen el monumento a Chopin y el anfiteatro al aire libre.
El legado del famoso compositor Chopin se honra en este museo vanguardista. Desde pianos desgastados hasta una partitura original escrita por su propia mano, las reliquias de la carrera del músico son fascinantes. Todos estos tesoros son admirados entre impresionantes frescos, ornamentaciones, recitales y actuaciones.
El rincón más antiguo de Varsovia es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Pequeño, pero repleto de atracciones históricas, fue trágicamente destruido durante la Segunda Guerra Mundial, y minuciosamente reconstruido a partir de los dibujos y las piezas de escombros recuperados. Visita el Castillo Real, la plaza del Mercado y el Museo de Varsovia, donde aprenderás sobre su pasado.
Este llamativo rascacielos fue regalado por la Unión Soviética en 1955 y sigue siendo el más alto de Polonia. Aunque su dedicación a Stalin ha sido revocada, la influencia soviética permanece en la arquitectura, desde la base hasta la punta de la aguja. Hoy es un espacio dedicado al ocio y las artes. Cines, museos, librerías, piscinas, auditorios y una plataforma de observación épica con vistas panorámicas son sus atractivos.
En 1944 Varsovia se levanto contra la ocupación alemana, la mayor insurgencia organizada en toda Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque el intento fue inútil, los esfuerzos resultaron admirables. Los hechos se conmemoran en el Museo de la Sublevación de Varsovia, mediante la exposición de cientos de objetos personales y militares. Encontrarás un B-24 Liberator y además podrás subir a la plataforma de observación del edificio para ver la ciudad reconstruida.
Este espectacular parque situado en el corazón de Varsovia está lleno de tesoros culturales. El agua resplandece mientras fluye entre los jardines barrocos que conducen al espléndido Palacio Łazienki, una obra maestra del siglo XVII plagada de pintura holandesa y murales ornamentados. Sus parques exteriores incluyen el monumento a Chopin y el anfiteatro al aire libre.
El legado del famoso compositor Chopin se honra en este museo vanguardista. Desde pianos desgastados hasta una partitura original escrita por su propia mano, las reliquias de la carrera del músico son fascinantes. Todos estos tesoros son admirados entre impresionantes frescos, ornamentaciones, recitales y actuaciones.
La emergente comunidad foodie de Varsovia hace posible encontrar excelentes restaurantes. Si te apetece la auténtica comida polaca, prueba la cadena Zapiecek, cuyos pierogi son míticos. El Legendarna Restauracja Kameralna evoca un ambiente de principios del siglo XX, mientras que Prasowy es una versión actualizada de los "bares de leche" de Polonia. La relación calidad-precio es excelente: pagarás por tres platos entre 25 y 40 zł.
Nunca es mal momento para ir a Varsovia. Incluso en invierno, conviviendo con la nieve, la ciudad resulta mágica mientras se suceden los espectáculos festivos. Si prefieres un clima más amable, menos visitantes y alojamiento más asequible, prueba entre mayo y octubre. De junio a agosto, por ejemplo, la temperatura media es de 23 ºC.
El aeropuerto Frédéric Chopin de Varsovia (WAW) se localiza en la parte suroeste de la ciudad, a unos 5 kilómetros del casco antiguo, por lo que es extremadamente accesible. Para desplazarte al centro, lo mejor es el tren S-Bahn (SKM), que tarda 15 minutos y cuesta 4,60 zł. El autobús 175 es otra alternativa al mismo precio, aunque también puedes coger un taxi por unos 40 zł.
Otra forma popular de llegar a Varsovia son los trenes de alta velocidad desde Berlín o Moscú. Todos los trenes se detienen en la estación central, pero no es la única parada de la ruta, pues también pueden hacerlo en Varsovia Este y Varsovia Oeste. Esta estación es muy céntrica, se ubica a un par de paradas de metro del casco antiguo. Con DB puedes viajar desde Berlín a Varsovia, durante unas seis o siete horas, desde 214,20 zł.
Para conducir desde Berlín debes tomar la A8 hasta la frontera con Polonia y después acceder a la E30 hasta Varsovia. La E77 circula desde Cracovia en el sur, mientras que la E30 lo hace desde el este hasta Minsk y, seguidamente, a Rusia, por lo que es el camino a utilizar si te desplazas desde Moscú.
Numerosas compañías de autobuses internacionales gestionan servicios a Varsovia, como Eurolines, FlixBus, Polski Bus y Simple Express. Todos se detienen en Dworzec PKS Warszawa Zachodnia, cerca de la estación de Zachodnia. Desde allí solo debes coger el metro para estar en 10 minutos en la ciudad. Puedes viajar en autocar desde Berlín a partir de 94,01 zł.
1. La Ciudad Vieja es un lugar carismático y sugerente, que acogió el gueto judío, fue destrozado en 1944 y reconstruido después ladrillo a ladrillo. Es un magnífico espacio para dormir y comer en un ambiente diferente, por ejemplo en el InterContinental Varsovia y en el Bazyliszek Restauracja, respectivamente.
2. Praga, ubicado en la otra orilla de río Vístula, es un barrio estimulante y bohemio con bares pop-up y vendedores ambulantes de comida. Atrae a multitud de estudiantes por sus fiestas y cafeterías, como Kawiarnia 3P, y ofrece buenas opciones de alojamiento, entre ellas el Hotel Hetman.
3. Wola es un entorno próspero y comercial localizado al oeste del casco antiguo. Es ideal para ir de compras y relajarte en sus enormes parques, además de albergar el Museo de la Sublevación de Varsovia y el complejo comercial y de ocio familiar Wola Park.
El metro de Varsovia es eficiente, moderno y funciona hasta la medianoche entre semana y hasta las tres de la mañana los fines de semana. Sus dos líneas completan su cobertura con los autobuses y tranvías. Los billetes cuestan 4,40 zł y los bonos de un día 15 zł.
La bajada de bandera asciende a 8 zł, sumándose después 3 zł por el primer kilómetro y alrededor de 2 zł por cada 1,6 kilómetros posteriores.
Alquilar tu propio coche es una idea interesante en Varsovia. Dirígete a las sucursales de Hertz o Avis y contrátalo por unos 400 zł diarios.
El mayor peso comercial recae sobre los centros comerciales como Arkadia, donde tienen presencia las grandes marcas. Si buscas tiendas de diseñadores independientes, la calle Bracka, con la tienda de diseño VITKAC, y Zlote Tarasy, son ideales.
Si necesitas comprar alimentos durante tu estancia en Varsovia, ve a un supermercado Carrefour, Piotr i Paweł o Tesco. Los precios son asequibles: una cerveza de medio litro nacional te costará 7 zł.