Lituania deslumbra por la belleza y por el atractivo de sus principales ciudades. Las iglesias barrocas de Vilna, las claras influencias soviéticas de Kaunas o el impresionante castillo de Trakai convierten al país en una referencia arquitectónica en la zona báltica.
Vilna es la capital de Lituania y uno de sus principales atractivos turísticos. Se recomienda pasear sin prisa por las calles estrechas de su casco antiguo, en el que encontrarás edificios barrocos e innumerables patios interiores.
El istmo de Curlandia es un tesoro natural y geológico por encontrarse entre el lago Curlandia y el mar Báltico, y por haber sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
A solo una hora por carretera desde Vilna, se encuentra el parque nacional histórico de Trakai, en el que destaca un amplio lago y una isla con un castillo medieval considerado como uno de las más bonitos del mundo.
Uno de los puntos más interesantes de Lituania es la Colina de las Cruces, situada a 200 km de Vilna y a solo 12 km de la ciudad de Šiauliai. Esta colina se encuentra repleta de cruces, aunque no se sabe con exactitud la razón.
Si te gusta el deporte, seguro que te suena la ciudad de Kaunas, donde juega el equipo de baloncesto del Žalgiris. Pero esta ciudad es mucho más, con un casco antiguo en la que sobresale el monasterio de Pažaislis.
Lituania es un país frío entre noviembre y marzo, por lo que la mejor opción es viajar en primavera o verano. Si quieres disfrutar en el mar Báltico con temperaturas cálidas, entre junio y agosto el termómetro llega hasta los 25 °C.
Lituania es miembro del Acuerdo de Schengen, por lo que cualquier ciudadano de la Unión Europea puede visitar el país sin ningún problema y sin necesidad de visado.
El aeropuerto principal del país es el situado en Vilna, aunque, desde España (Alicante y Girona), solo hay vuelos directos y de bajo coste al aeropuerto de Kaunas. Para viajar a Vilna, es necesario hacer escala y el precio ronda los 200 €.
Viajar en tren desde España a Lituania es complicado por las grandes distancias, aunque las principales ciudades del país mantienen conexiones con Varsovia.
Ir en coche es una opción económica, aunque se deben realizar varias paradas, ya que la distancia entre Madrid y Vilna supera los 3000 km. Ya sea que viajes por Bélgica o por la zona sureste de Alemania, llegarás hasta Varsovia, desde donde arranca la Vía Báltica, que llega hasta Kaunas.
Si quieres viajar en autobús desde España hasta Lituania, debes saber que tendrás que viajar primero a París, desde donde sale un autobús al día hasta la capital lituana por 140 €, aproximadamente.
El alojamiento de Lituania es relativamente económico, aunque los precios suben de manera considerable en la capital. En zonas rurales y a orillas del mar Báltico, puedes encontrar muchos campings.
Aunque las distancias son cortas en las principales ciudades, puedes moverte también en tranvía o autobuses. Los precios son bajos, con tarifas que rondan los 0,65 € tanto en Vilna como en Kaunas.
El tren funciona muy bien en Lituania y es barato, ya que un viaje entre Vilna y Kaunas tiene un precio de unos 5,20 €, mientras que de la capital a Klaipėda cuesta alrededor de 15 €.
El autobús es aconsejable únicamente para llegar a ciudades donde no lo hace el tren, ya que los precios son similares. Por ejemplo, el precio de un billete de ida de Vilna a Kaunas cuesta en torno a los 7 €.
Lituania es un país ideal para realizar un "road trip" (viaje por carretera), ya que el alquiler es barato (unos 15 € por día) y las carreteras están en buen estado. Aun así, debes saber que entre noviembre y marzo es obligatorio el uso de neumáticos de invierno.
Lituania es un país con un coste de vida bajo, donde una cerveza cuesta 1,50 € y comer en un restaurante ronda los 10 €. Puedes viajar con la tarjeta de crédito sin problemas, ya que hay multitud de cajeros y en hoteles y restaurantes se permite el pago con tarjeta.