Destinos Nacionales

Cusco es de esas ciudades a las que nunca te cansas de volver. La capital del imperio inca te abraza a tu llegada con un paisaje rodeado de montañas y la calidez de sus habitantes. Tanto si es la primera vez que la visitas como si ya estás repitiendo destino, en Cusco tienes un sinfín de planes por hacer.

Empecemos por el imprescindible, la Maravilla del Mundo, Machu Picchu. Los ciudadanos y residentes de Perú tienen la suerte de poder visitar la famosa ciudadela a un precio muy asequible si lo comparamos con el que tienen que pagar los extranjeros. Si quieres que tu aventura en Machu Picchu sea aún más barata, puedes llegar hasta aquí siguiendo las vías del tren que parten desde Hidroeléctrica. Si te apetece un reto más fuerte, anímate a hacer la ruta de Salkantay o el camino inca.

Para los que ya hayan visitado Machu Picchu y todo el Valle Sagrado, también hay opciones interesantes, como la laguna Humantay, de aguas cristalinas y a 4200 metros sobre el nivel del mar, o la montaña de Palcoyo, menos conocida que su melliza Vinicunca.

La historia de Cajamarca está marcada por ser el escenario de la caída de Atahualpa, último emperador inca, y, consecuentemente, de la desaparición del gran imperio que se extendió a lo largo de Sudamérica. Sus calles esconden una gran cantidad de historias por descubrir y sus alrededores cuentan con lugares que no te puedes perder.

En el mismo centro de Cajamarca encontrarás el cuarto del rescate, el cual los fieles a Atahualpa ofrecieron llenar dos veces con plata y una con oro para rescatar al inca de las manos de los españoles. Si te alejas un poco de la ciudad, puedes disfrutar de misteriosos lugares como las Ventanillas de Otuzco, uno de los cementerios más antiguos de Perú, o el bosque de piedras de Cumbemayo, con petroglifos de miles de años de antigüedad.

Además, los meses de invierno son ideales para evadir el frío en los Baños del Inca, unas aguas termales en las que se dice que se relajaba Atahualpa cada vez que pasaba por esta ciudad.

Y para darte un gustito, visita la hacienda La Collpa, ubicada a 12 kilómetros de Cajamarca, donde podrás degustar deliciosos productos hechos con leche de vaca, como queso, manjar blanco y yogur.

Iquitos es la ciudad más grande del mundo sin acceso por carretera, con lo que podrás hacerte una idea de lo recóndito de este lugar. La ciudad en sí no tiene mucho por ofrecer a los turistas, la verdadera belleza de este lugar está a unos kilómetros en barca de allí.

Cuando llegues a Iquitos, busca una agencia en la que contratar un tour que se adapte a tus días disponibles. Asegúrate de que te adentrarán en lo más profundo de la Amazonía y así te vivirás una experiencia única en la selva. Tu aventura empezará en el pueblo de Nauta, donde tomarás un barco durante unas horas hasta llegar a tu alojamiento. Los días en la selva peruana estarán marcados por excursiones en las que verás todo tipo de insectos, monos, caimanes, pájaros y mucho más. Además, una de las actividades más divertidas es la pesca de pirañas, que más tarde podrás degustar. Y, si tienes suerte, verás al delfín rosado de la Amazonía nadando en su hábitat natural. Spoiler: los atardeceres sobre el Amazonas serán de lo más bonito que veas en tu vida.

La Ciudad Blanca tiene uno de los centros históricos más bonitos de Perú. Empezando en la plaza de Armas, su catedral, hecha con piedra de origen volcánico, solo es opacada por el Misti, el volcán más representativo de la ciudad, que se ve desde cualquiera de sus esquinas. En el mismo centro no te puedes perder el Monasterio de Santa Catalina, una ciudad dentro de la misma ciudad, en la que viven, hasta ahora, monjas de clausura.

Además, un imprescindible es el valle del Colca, donde se encuentra uno de los cañones más profundos del mundo y donde verás el magnífico vuelo del cóndor. Aunque se puede hacer en una excursión de un día, nuestra recomendación es que, si te gustan las caminatas, hagas la ruta de dos días y pases una noche en las profundidades del cañón, con su mar de estrellas decorando el cielo.

Los más aventureros no se pueden perder la ascensión al Misti, una exigente subida a la cumbre de 5822 metros sobre el nivel del mar.

No podemos cerrar esta sección sin mencionar la comida arequipeña, una de las mejores de Perú. Ve a sus famosas picanterías y dale el mejor regalo a tu paladar.

Tarapoto es el destino perfecto para aquellas personas que quieren tener una primera experiencia en la selva, pero sin adentrarse del todo en ella. La ciudad es el punto de partida para hacer excursiones a diferentes lugares selváticos. Aquí, podrás navegar en la laguna Sauce, darte un baño en la catarata de Ahuasiyacu o conocer cómo es el nacimiento de un río, en el del Tio Yacu.

Además, Tarapoto tiene un lugar en el que se muestra el lado más amable de los humanos con la fauna. Se trata del Centro Urku, un espacio de rescate de animales que fueron víctimas del tráfico ilegal y en el que los rehabilitan para que puedan volver a su hábitat natural. Aquí podrás ver desde monos hasta tapires, ocelotes y tucanes, además de hacer caminatas nocturnas en medio de la selva.

Y, como todas las ciudades de Perú, Tarapoto tiene su propia gastronomía que te cautivará. Entre los platos más laureados y que no te puedes perder están el tacacho con cecina, la patarascha y el juane de gallina.