Como un misterioso oasis que se eleva en lo alto del desierto, Jaisalmer se alza con orgullo en la distancia. En otros tiempos fue una ciudad destinada a la realeza, muy influyente en la historia de la India. Actualmente ya no desempeña esa función, pero mantiene el encanto diferencial y deslumbrante de las ciudades con un pasado glorioso.
Jaisalmer es hoy una ciudad bella e histórica con un legado innegable. Desde fortalezas y palacios centenarios hasta un lago de agua dulce, dunas montañosas, caravanas itinerantes de pueblos indígenas y mercados al aire libre.
Además, es una ciudad idónea para familiarizarse con la esencia del Rajastán, la cultura y la gastronomía hindúes y el encanto delicioso de su gente.
Muchas casas de Jaisalmer presentan en sus fachadas curiosos dibujos del dios Ganesha, uno de los más populares del hinduismo por su carácter protector y la fortuna que transmite.
Ningún viaje a Jaisalmer está completo si no incluye una visita a las dunas de Sam y un safari por el desierto. ¿Todavía no has montado en camello?
Regatea y ve preparado para llevarte un camión lleno de pañuelos, chales, piedras semipreciosas, joyas, cuencos y alfombras autóctonos de los que te quedarás prendado.
Esta ciudad es admirada por su gastronomía india, en particular la cocina guyatarí. Pero, además, los restaurantes de Jaisalmer no dan la espalda a los platos chinos, tibetanos e italianos.
Situado en el barrio de Bhaskar Mohalla, Mirvana Nature Resort es un refugio de tipo campamento. Ofrece tiendas en el desierto, bailes alrededor de fogatas, música folclórica tradicional, piscinas y baños en los que sumergirte.
El Fuerte de Jaisalmer atrae a viajeros de todo el mundo que desean visitar los hermosos templos, los antiguos pozos, las grutas y los intrincados diseños tallados en piedra que le dan fama. Sus paredes están vivas, ¡todavía 3000 personas viven en la ciudad fortificada más grande del mundo! Cuando accedes por primera vez a ella a través de las puertas próximas a Gopa Chowk, te sientes abrumado por su gran tamaño, el número de carriles tortuosos y la impresionante plaza de Dashera Chowk, justo en el corazón de la fortaleza. Casas, templos, tiendas de artesanías y restaurantes conviven plácidamente en ella.
Bada Bagh es la ubicación central para ver los chhatris o cenotafios reales. En los Bagh, que significa "jardines", la historia y la cultura se mezclan con las arenas rojas terrosas del desierto de Rajastán. Cualquier aficionado a la cultura o al arte disfruta caminando entre sus campanarios abovedados y sus numerosas columnas. El ambiente es silencioso, quieto y reverente en Bagh. En su época, este entorno de arquitectura de piedra increíble, intrincadamente tallada, acogía las conmemoraciones funerarias de los reyes: cada vez que un miembro real moría, un chhatri se erigía en su memoria.
Incluso hoy, la gente del desierto de Rajastán se desplaza por sus arenas beiges y doradas. El rojo terracota predomina en sus textiles coloridos, adornos, instrumentos, joyas y artículos de cuero que forman parte de la cultura y la historia de este pueblo nómada. En esencia, son parte de la rica historia de Jaisalmer y su reluciente vestimenta, artesanía y costumbres aún se utilizan y se conservan muy bien en la actualidad. Para tocarlos, visita el Folklore Museum.
Ningún viaje a Jaisalmer está completo sin haber aprendido su historia y su cultura ni, tampoco, sin haber asistido a un drama nocturno de Rajastán realizado con marionetas. Monedas raras, manuscritos, artefactos reales recuperados, armas, instrumentos musicales utilizados en la corte e incluso fósiles rinden tributo a la cultura del desierto. Pero nada culmina el día como el increíble e hilarante espectáculo de marionetas que busca dramatizar la vida en el desierto con garbo y diversión.
Este elegante e inquietante grupo de cinco havelis, o mansiones, fue construido en 1805 por Guman Chand Patwa, para sus cinco hijos. El proyecto constructivo se realizó durante los primeros sesenta años del siglo XIX. Hecho a mano de piedra arenisca amarilla, sus havelis son impresionantes, con sus detalladas tallas de deidades y sus elementos decorativos. También las puertas masivas e imponentes, los tragaluces altos y cuadrados, los patios enormes y cavernosos y los balcones múltiples son atributos destacados. Pasea por sus calles y salones medievales de regia piedra.
El Fuerte de Jaisalmer atrae a viajeros de todo el mundo que desean visitar los hermosos templos, los antiguos pozos, las grutas y los intrincados diseños tallados en piedra que le dan fama. Sus paredes están vivas, ¡todavía 3000 personas viven en la ciudad fortificada más grande del mundo! Cuando accedes por primera vez a ella a través de las puertas próximas a Gopa Chowk, te sientes abrumado por su gran tamaño, el número de carriles tortuosos y la impresionante plaza de Dashera Chowk, justo en el corazón de la fortaleza. Casas, templos, tiendas de artesanías y restaurantes conviven plácidamente en ella.
Bada Bagh es la ubicación central para ver los chhatris o cenotafios reales. En los Bagh, que significa "jardines", la historia y la cultura se mezclan con las arenas rojas terrosas del desierto de Rajastán. Cualquier aficionado a la cultura o al arte disfruta caminando entre sus campanarios abovedados y sus numerosas columnas. El ambiente es silencioso, quieto y reverente en Bagh. En su época, este entorno de arquitectura de piedra increíble, intrincadamente tallada, acogía las conmemoraciones funerarias de los reyes: cada vez que un miembro real moría, un chhatri se erigía en su memoria.
Incluso hoy, la gente del desierto de Rajastán se desplaza por sus arenas beiges y doradas. El rojo terracota predomina en sus textiles coloridos, adornos, instrumentos, joyas y artículos de cuero que forman parte de la cultura y la historia de este pueblo nómada. En esencia, son parte de la rica historia de Jaisalmer y su reluciente vestimenta, artesanía y costumbres aún se utilizan y se conservan muy bien en la actualidad. Para tocarlos, visita el Folklore Museum.
Ningún viaje a Jaisalmer está completo sin haber aprendido su historia y su cultura ni, tampoco, sin haber asistido a un drama nocturno de Rajastán realizado con marionetas. Monedas raras, manuscritos, artefactos reales recuperados, armas, instrumentos musicales utilizados en la corte e incluso fósiles rinden tributo a la cultura del desierto. Pero nada culmina el día como el increíble e hilarante espectáculo de marionetas que busca dramatizar la vida en el desierto con garbo y diversión.
Este elegante e inquietante grupo de cinco havelis, o mansiones, fue construido en 1805 por Guman Chand Patwa, para sus cinco hijos. El proyecto constructivo se realizó durante los primeros sesenta años del siglo XIX. Hecho a mano de piedra arenisca amarilla, sus havelis son impresionantes, con sus detalladas tallas de deidades y sus elementos decorativos. También las puertas masivas e imponentes, los tragaluces altos y cuadrados, los patios enormes y cavernosos y los balcones múltiples son atributos destacados. Pasea por sus calles y salones medievales de regia piedra.
Si bien hay muchos restaurantes con diversos platos europeos que atraen a los turistas, es imprescindible que pruebes el restaurante Las Siete Especias, especialista en cocina india y tibetana, el cual ofrece una bonita vista de la ciudad. Otros excelentes referencias para comer estupendamente en Jaisalmer son Amrit Ras, Pequeño Tíbet y Killa Corner. Las comidas cuestan entre 100 y 350 ₹.
El verano es extremadamente caluroso en el desierto, así que el mejor momento para visitarlo es entre noviembre y marzo. Las temperaturas medias oscilan entre las mínimas de 6 ºC y las máximas de 27 °C.
Los aeropuertos más cercanos están en Jodhpur, a 285 kilómetros de distancia, y, para viajeros internacionales, Jaipur, a 561 kilómetros. Después de aterrizar, toma un taxi prepago para desplazarte a Jaisalmer por 5500 ₹.
Los trenes llegan a la estación de ferrocarril de Jaisalmer, en Gandhi Nagar. El servicio directo desde Nueva Delhi es el Shalimar Express. Sus tarifas comienzan en 425 ₹ pero varían según la clase.
Utiliza la NH125 y, después, entra en la NH11 para ir de Jodhpur a Jaisalmer. Si vas a conducir desde Jaipur hasta Jaisalmer, tendrás que tomar la RJ SH19 y la NH11.
1. Sam Road es una zona peculiar, y especial, para alojarse en Jaisalmer. Implica alejarse un poco de ella pero, como contrapartida, cuenta con las famosas dunas de Sam y con el incomparable hotel de patrimonio Suryagarh, que se presenta y percibe como un verdadero oasis.
2. Postal Colony se localiza en lo alto de las aguas cristalinas y tranquilas del lago Gadisar. Ofrece estupendos miradores de piedra y hoteles de diferentes niveles, muchos de ellos tan recomendables como el carismático Fifu, el Bharat Villas y el Mystic Jaisalmer, cuyo grado de satisfacción excede con mucho las expectativas de sus usuarios.
3. Dhibba Para es la sede del majestuoso Fuerte de Jaisalmer, así como un destino muy popular para los viajeros que también buscan estar cerca de Patwon-ki-Haveli. El Hotel Killa Bhawan y el Nachana Haveli Hotel son buenas alternativas para instalarse en esta zona.
El transporte público en Jaisalmer es una combinación de caminar, montar en bici y usar autorickshaws. No cuentes demasiado con él y planearás mucho mejor tus traslados.
Puedes obtener un automóvil prepago de operadores privados como Clear Car Rental y Jaisalmer Car Rental, con servicios de chófer o taxi por un día, desde 1200 ₹.
También puedes alquilar coches sin conductor en Clear Car Rental. Los precios, para un recorrido total de 8 horas, comienzan en 25 ₹ por hora.
La artesanía local y las joyas hechas a mano son las especialidades de Jaisalmer, las cuales puedes encontrar en mercados al aire libre y bazares. Pásate por la Jewel Caravan, junto al Sadar Bazaar, en busca de piedras semipreciosas, mandalas, cuencos tibetanos, etc. O visita Shayama Cashmere Store para comprar ropa de seda y cachemira.
En Jaisalmer no abundan los supermercados de cadenas internacionales, pero los puestos ambulantes y las tiendas tradicionales están muy bien. Un litro de leche cuesta 25 ₹, mientras que una docena de huevos vale 38 ₹. Si te apetece comprar una cerveza nacional de medio litro, pagarás 102 ₹.