Lo sabemos: ya te empezaste a imaginar a ti mismo flotando en uno de estos paraísos de aguas azules sin tener nada más en la mente. Sintiendo una conexión con los mayas y entendiendo por qué consideraban a estos pozos de agua lugares sagrados para contactar con los dioses. Sintiendo a los peces rozar tus pies… Ejem, sí, la palabra “cenotes” es un disparador fantástico muy efectivo, ¿pero podremos recuperar tu atención durante solo unos minutos?
Para echarte una mano con la imaginación y también para que sepas a dónde dirigirte en tu próximo viaje, recopilamos los 10 cenotes imprescindibles de México. Lo bueno del esfuerzo de proyectar fantasías es que algunas pueden convertirse en realidad, ¿no? ¡Allá vamos!
1. Cenote Azul, Bacalar
Si tenemos en cuenta que la antigüedad de los cenotes se relaciona con su apertura (a cielo abierto, semicerrados o cerrados), el Cenote Azul, a descubierto, posiblemente sea uno de los más antiguos. Rodeado de la jungla viva de la Riviera Maya, ya no quedan rastros de su anterior bóveda de rocas calizas que pudiese derrumbarse con el paso del tiempo.
Parecido a una alberca de aguas azules y turquesas, el Cenote Azul es ideal para ir con niños, ya que cuenta con diferentes zonas, muchas de ellas poco profundas. Prepárate una canasta para hacer un picnic y pasar el día o, si prefieres ir más ligero, compra algo para tomar allí. Por cierto, recuerda llevar calzado de agua, así podrás chapotear sin preocuparte por tus delicados pies urbanitas.
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2. Cenote Dos Ojos, Tulum
El cenote Dos Ojos es un lugar de peregrinación para los amantes del buceo. Su red de cavernas subterráneas se extiende a lo largo de 82 km, por lo que podrás explorar con tranquilidad. Incluso podrás coquetear con la ciencia ficción: el agua del cenote Dos Ojos es tan cristalina que te parecerá que más que sumergido, estás flotando en el aire.
Si bucear no es lo tuyo y eres más de snorkelling o de fresco chapuzón, no te preocupes. Dos Ojos también ofrece una amplia zona en su entrada para disfrutar de este cenote semiabierto sin despegarte demasiado de la superficie.
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3. Cenote Samulá, Valladolid
Ubicado a tan solo 1 km del poblado de Dzitnup, la caminata para llegar al cenote Samulá te llenará de buenas energías. Podrás ir curioseando pequeñas tiendas y charlando con la gente del poblado, un preámbulo excelente para llegar a la angosta entrada de Samulá y adentrarte en una verdadera maravilla.
Ideal para hacer snorkelling, nadar y hasta para hacer clavados en su parte más profunda, el cenote Samulá está coronado por una abertura que deja entrar los rayos del sol de una manera mística. Mientras bajes las escaleras que te acercan al agua, no dejes de prestar atención a las raíces que caen por el agujero abierto en su techo. Ese árbol fuera de la caverna se alimenta de las aguas en las que te refrescarás solo unos segundos después.
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4. Cenote Suytun, Valladolid
Suytun significa “centro de piedra”, algo que cobrará verdadero sentido una vez que estés allí. De aguas turquesas y poca profundidad, este cenote cuenta con iluminación artificial, algo que te permitirá observar en detalle las fantásticas formaciones de estalactitas en su interior.
Al ser un cenote cerrado, deberás bajar por unas escaleras de piedra hasta su pasarela. Desde allí, salta al agua dulce o toma una foto maravillosa de su bóveda. ¿Encantado con la experiencia? Puedes pedir más: este cenote se encuentra en un parador turístico que ofrece cabañas y un pequeño museo de elementos encontrados en la cueva del cenote. Alojarte allí puede ser una gran idea.
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5. Cenote de Ik Kil, Chichén Itzá
Rodeado de vegetación exuberante, el cenote Ik Kil está ubicado en un parque natural. Además de su belleza espectacular, es el hogar de diferentes aves. Sí, tucanes, loros y cardenales sobrevolarán tu relajada cabeza mientras te acercas al lugar. También podrás observar monos, grillos y venados. ¿No es fantástico que un animal sagrado vaya a beber de las mismas aguas en que te zambullirás?
Si eres de los intrépidos a los que les gustan los clavados, toma nota: Ik Kil tiene hasta 40 metros de profundidad. Los más tranquilos, no se preocupen, ya que el área incluye renta de chalecos salvavidas y hasta un buffet. Eso sí, todos preparen sus cámaras fotográficas. La imagen del cenote rodeado de esa increíble vegetación es irresistible.
6. Cenote Choo-Ha, Cobá
Si combinar la visita al cenote Ik KIl y a la zona arqueológica de Chichén Itzá es un plan perfecto, lo mismo ocurre con el yacimiento Cobá y el esplendoroso cenote Choo-Ha. Además, este cenote tiene un bonus track: puedes sumar la visita a Tamcach-Ha y Multun-Ha y hacer la ruta Cobá de cenotes mayas.
Particularmente, el cenote Choo-Ha es una maravilla subterránea. Este joven pozo de agua se encuentra a 12 metros de profundidad y te espera con un interior alucinante y muy bien conservado. A pesar de que deberás tener cuidado al descender por las escaleras de madera, se recomienda para ir con niños ya que sus aguas son de escasa profundidad. Puede ser una gran oportunidad para que los más pequeños se adentren por primera vez en una caverna llena de estalactitas.
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7. Gran Cenote, Tulum
A tan solo 4 kilómetros de las ruinas de Tulum, el Gran Cenote es uno de los más visitados de México. Y esto tiene su porqué: en sus aguas cristalinas podrás nadar con tortugas, hacer submarinismo para explorar sus cuevas y soñar con tiempos remotos mientras descansas en uno de los bancos que lo rodean. Único y especial, el secreto para evitar las grandes aglomeraciones es ir bien temprano por la mañana.
El Gran Cenote forma parte de una de las rutas de cenotes entre Tulum y Cobá, que incluye a algunos otros hits como el cenote Carwash y el Calavera. Al ser tan popular, encontrarás una gran oferta de servicios: restaurantes, tiendas de artesanías, cambiadores y alquiler de chalecos. Si eres de los que prefieren acercarse a la naturaleza, pero con ciertas comodidades, este es el cenote para ti.
8. Cenote Cristalino, Playa del Carmen
Es cierto que el cenote Cristalino es otro de los más concurridos debido a su fácil acceso. Pero, seamos sinceros: ¿quién puede resistirse a esta alberca natural al aire libre? A solo 15 minutos en auto desde Playa del Carmen, también podrás alquilar hamacas, chalecos salvavidas y máscaras de snorkel directamente en el área de servicios. Todo está preparado para que disfrutes.
Si eres de los que no se quedan quietos, puedes combinar la visita a este cenote con otros dos muy cercanos: el cenote Azul y el Jardín del Edén. Puede que parezcan similares, pero todos tienen su espíritu particular que justifica que chapotees libremente en cada uno de ellos.
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9. Cenote Sac Actun, Tulum
Puede que este cenote sea la redención sobre todo para los buceadores expertos. Pero, ¿checaste esa foto? La decoración de esta caverna es simplemente mágica, no había manera de dejar afuera al cenote Sac Actun de nuestra lista. Incluso, si solo fuera para asomarse a la entrada de sus infinitas cavernas.
Imprescindible entre los cenotes no tan conocidos de Yucatán, Sac Actun significa “cueva blanca” en maya y es uno de los sistemas de cavernas subterráneas más grandes del mundo. Si te cargas el tanque a la espalda, podrás ver altares que fueron usados por civilizaciones antiguas y hasta restos de fauna del Pleistoceno. ¿Una curiosidad? Hace poco se descubrió que se conecta con el cenote Dos Ojos.
10. Cenote Escondido, Tulum
Y si antes hablábamos de los expertos, ahora vamos al paraíso de los principiantes: el Cenote Escondido. Situado a 3 kilómetros de la salida sur de Tulum sobre la Autopista 307, en el Cenote Escondido podrás dar tus primeros pasos en el buceo con toda la tranquilidad que necesitas.
Además, estarás rodeado de selva y podrás optar por nadar también en el Cenote Cristal, que se encuentra justo enfrente. Otro punto a favor es que, por su proximidad a Tulum, puedes ir en transporte público o en bicicleta. Y así podrás librarte de los tiempos marcados por las excursiones organizadas. ¿Alguien más ya metió el traje de baño en su mochila?